Un nuevo operativo de descacharrado se llevó adelante en la zona oeste alta de la ciudad de Salta con el objetivo de reducir los riesgos sanitarios que generan los residuos acumulados. Durante la jornada se retiraron elementos en desuso que suelen convertirse en criaderos de mosquitos transmisores de enfermedades, además de focos de proliferación de alimañas y roedores.
Los trabajos alcanzaron a los barrios Los Profesionales, 17 de Mayo, Las Costas, Jesús María, Puerto Argentino y Divino Niño Jesús I y II, donde cuadrillas municipales desplegaron camiones y personal especializado para la recolección de chatarra, restos de muebles, electrodomésticos viejos, cubiertas y todo tipo de objetos capaces de acumular agua de lluvia.
La medida se enmarca en el plan integral de descacharrado que viene desarrollando la Municipalidad junto a la Secretaría de Ambiente y Servicios Públicos. Según datos oficiales, en lo que va del año ya se retiraron cerca de 600 toneladas de materiales en distintos sectores de la ciudad, y se proyecta superar las mil toneladas antes de fin de año. El avance dependerá en gran parte de la participación de los vecinos, quienes cumplen un rol clave al sacar los residuos en las fechas y horarios indicados.
El operativo no solo apunta a combatir al mosquito Aedes aegypti, vector del dengue, chikungunya y zika, sino también a controlar la presencia de roedores y alimañas que afectan la higiene y seguridad de los hogares. En un contexto en el que las enfermedades transmitidas por vectores preocupan a toda la región, el descacharrado se transformó en una de las principales herramientas de prevención comunitaria.
Previo a cada intervención, promotores ambientales recorren casa por casa para explicar a los vecinos cómo clasificar y disponer los cacharros. Se les indica qué objetos deben sacar, de qué manera y en qué momento, para que el retiro se realice de manera ordenada. Este trabajo de concientización busca evitar que los residuos vuelvan a acumularse y que el esfuerzo municipal pierda efecto.
Los camiones recolectores levantan desde chatarra metálica hasta electrodomésticos rotos, colchones, muebles en mal estado y cubiertas, entre otros elementos. Todos estos materiales suelen convertirse en depósitos de agua estancada o refugio de plagas, generando un problema que afecta tanto a la salud como a la calidad de vida de la población.
En los últimos años, la capital salteña incorporó al Ejército Argentino y al Área de Vectores de Nación para reforzar las tareas en los barrios más críticos. La coordinación entre distintas instituciones permitió ampliar la cobertura y llegar a sectores donde antes la logística resultaba más compleja. La zona oeste alta fue priorizada en esta oportunidad por la densidad poblacional y la presencia de lotes con acumulación de residuos.
Más allá del esfuerzo estatal, la clave sigue siendo la colaboración vecinal. El compromiso de cada familia en sacar los cacharros, mantener patios y veredas limpios y no acumular elementos en desuso es fundamental para evitar la aparición de nuevos focos. Los especialistas advierten que un solo recipiente con agua estancada puede transformarse en un criadero de cientos de mosquitos, por lo que la prevención empieza en cada hogar.
El programa de descacharrado continuará durante las próximas semanas en distintos barrios de la ciudad. Desde el municipio recomiendan estar atentos a las notificaciones que se distribuyen casa por casa y también a las publicaciones en las redes oficiales, donde se difunden las zonas y cronogramas de cada operativo.
El objetivo final es llegar a fin de año con una ciudad más limpia, segura y preparada frente a la amenaza de enfermedades transmitidas por vectores. Si bien la tarea implica un esfuerzo logístico importante, los resultados obtenidos hasta el momento muestran un impacto positivo tanto en la reducción de criaderos como en la concientización ciudadana.
En Salta, donde las condiciones climáticas favorecen la reproducción de mosquitos durante gran parte del año, el descacharrado se consolida como una política pública esencial para cuidar la salud de todos los vecinos. Mantener patios, jardines y terrenos libres de cacharros no solo es una responsabilidad individual, sino también un aporte colectivo para una ciudad más sana y ordenada.