En menos de dos años de gestión del actual gobierno nacional, la situación laboral en Argentina muestra un deterioro alarmante. Según cifras oficiales, ya son 286.391 los trabajadores del sector privado que solicitaron el seguro de desempleo desde diciembre de 2023, tras haber sido despedidos sin causa. Salta, como muchas otras provincias, no escapa a este fenómeno que golpea de lleno a los sectores más vulnerables del mercado de trabajo.
La construcción, el comercio y la industria manufacturera encabezan el listado de actividades con más despidos. En 2025 ya se registraron más de 112 mil nuevas solicitudes del seguro, con un fuerte impacto en todo el país. De esos casos, 26.060 provienen de la industria, 23.098 del comercio y 18.776 de la construcción. Rubros donde en Salta se multiplicaron los despidos en lo que va del año.
El contexto nacional, marcado por el ajuste económico, la paralización de la obra pública y la caída del consumo, tiene consecuencias directas en el empleo formal. En Salta, muchas pequeñas y medianas empresas no logran sostener el personal, y en el sector de la construcción, cientos de trabajadores quedaron en la calle por la suspensión de obras financiadas por Nación.
Una herramienta de contención temporal
El seguro de desempleo está destinado a quienes fueron despedidos sin causa del sector privado. Se trata de una prestación económica temporal (entre 2 y 12 meses), que permite a los beneficiarios sostenerse mientras buscan un nuevo empleo formal. El monto varía según los aportes realizados y el tiempo trabajado, con un piso de $161.100 y un tope de $322.200 a octubre de 2025.
Además del cobro mensual, los beneficiarios mantienen la cobertura médica y las asignaciones familiares. Para acceder, es necesario haber trabajado al menos seis meses con aportes en los últimos tres años. El trámite puede hacerse online o en las oficinas de ANSES, y requiere documentación que acredite el despido o la finalización del contrato.
En septiembre, 100.344 personas percibieron esta prestación. El pago promedio fue de $274.324, aunque el valor varía según cada caso. De ese total, la mayoría eran hombres, y más de 40 mil correspondían a la Provincia de Buenos Aires. En Salta, si bien no hay datos oficiales desagregados, se estima que la cifra creció en línea con el promedio nacional.
Salta frente al ajuste
La situación en Salta se complejiza por el contexto económico general y por la histórica informalidad laboral que existe en la provincia. Muchos trabajadores que pierden su empleo no tienen cómo acceder al seguro por no estar registrados. Y quienes sí pueden hacerlo, enfrentan una realidad cada vez más difícil: precios en alza, servicios básicos que aumentan mes a mes, y un mercado laboral que no ofrece muchas oportunidades.
El sector de la construcción es uno de los más afectados. Con obras nacionales frenadas y pocas inversiones nuevas, las empresas se vieron obligadas a reducir personal. Lo mismo ocurre en el comercio local, donde la caída del consumo obligó al cierre de muchos negocios, sobre todo en el centro de la capital y en localidades del interior.
El seguro de desempleo se convirtió en una especie de salvavidas temporal, pero insuficiente frente a un mercado laboral que sigue en retroceso. Mientras tanto, crecen los pedidos de ayuda social y la presión sobre las oficinas de ANSES, que en Salta vienen registrando una mayor demanda de atención desde principios de este año.
Una tendencia que preocupa
El avance del desempleo y la creciente cantidad de personas que dependen del seguro para sobrevivir pintan un panorama preocupante. Si la situación económica no mejora, y no se reactivan sectores clave como la obra pública o el comercio, es probable que la cantidad de beneficiarios siga creciendo.
En una provincia como Salta, donde cada punto de desocupación tiene un fuerte impacto social, el desafío es doble: sostener a quienes quedaron sin trabajo y reactivar la economía local para que el empleo vuelva a ser una opción real.