Olvidarse el nombre de una persona con la que uno se cruza en una charla, ya sea un viejo conocido o alguien que se acaba de presentar, suele provocar una situación incómoda. Sin embargo, los neurólogos aseguran que es más habitual de lo que se piensa y, en la mayoría de los casos, no representa un problema serio.
Saber cómo se llama el otro ayuda a generar confianza, pero cuando la mente falla, muchos se preocupan. ¿Es normal? ¿Es un síntoma de algo más grave? A continuación, las respuestas de los expertos.
Recordar un nombre: una tarea más compleja de lo que parece
El Dr. Rafael Villino, neurólogo de la Clínica Universidad de Navarra, explica que es más fácil recordar una cara o una conversación que un nombre. Esto se debe a que recordar nombres requiere una coordinación específica entre distintas zonas del cerebro, en especial el lóbulo temporal, que se encarga tanto de la memoria como del lenguaje.
Cuando alguien nos dice su nombre, este se almacena primero en la memoria a corto plazo, una zona limitada e inestable. Si en ese momento estamos distraídos, estresados o recibiendo demasiada información, la codificación del recuerdo puede fallar.
En ese sentido, Villino aclara que no se trata de un fallo de memoria, sino de atención: si no prestamos suficiente atención al momento de escuchar el nombre, es muy probable que luego no podamos recordarlo.
¿Cuándo un olvido deja de ser normal?
Olvidar el nombre de una persona que vemos muy de vez en cuando no es preocupante. Pero si los olvidos se vuelven frecuentes, afectan datos importantes o involucran a personas cercanas, podría tratarse de algo más serio.
La diferencia clave está en el nivel de impacto que tienen esos olvidos en la vida cotidiana. Cuando la memoria comienza a interferir con el trabajo, las relaciones o la orientación, conviene hacer una consulta médica.
Señales de alerta: cuándo consultar a un especialista
Estos son los síntomas a los que hay que prestar atención, según los neurólogos:
- - Fallas de memoria que afectan la rutina diaria o el desempeño laboral.
- - Dificultad para seguir el hilo de una conversación o para encontrar las palabras adecuadas.
- - Pérdida de orientación en lugares conocidos.
- - Cuando son los propios familiares o amigos quienes notan y se preocupan por estos lapsos.
Pasando en limpio
Olvidarse los nombres es algo que le pasa a casi todo el mundo, y suele estar más relacionado con la falta de atención que con una falla en la memoria. Sin embargo, si los olvidos se repiten con frecuencia y afectan vínculos cercanos o tareas cotidianas, conviene no subestimarlos y consultar con un profesional.