Desde Salta capital y alrededores, el ingreso de vientos estacionales secos —como el Zonda (también llamado Toro) y el Norte— ocasiona bruscos cambios ambientales que impactan de lleno en la salud física y mental de la gente, sobre todo niños, adultos mayores o personas con patologías respiratorias o neurológicas.
Qué pasa y por qué afecta
Cuando estos vientos irrumpen en invierno, suben rápidamente las temperaturas, bajan la humedad ambiente (a veces por debajo del 20 %) y arrastran polvo y alérgenos. La evaporación corporal se intensifica y aparecen síntomas como piel reseca, sed intensa, labios agrietados, dolor de cabeza, fatiga, mareos o incluso náuseas.
Además, las partículas en suspensión irritan las vías respiratorias: provocan estornudos, tos seca, congestión nasal y dificultades para respirar, especialmente en personas asmáticas o con EPOC.
No menos relevante es el impacto sobre el estado emocional: el Zonda intensifica irritabilidad, agresividad e impulsividad, y suele agravar síntomas en quienes tienen epilepsia o esquizofrenia.
Efectos generales y señales de alerta
• Deshidratación: pérdida acelerada de agua corporal, sed persistente, piel seca.
• Irritación respiratoria: congestión, tos, estornudos y falta de aire.
• Cefaleas y malestar: cambios de presión y clima provocan dolor de cabeza, decaimiento y somnolencia.
• Síntomas neurológicos o emocionales: aumento de la ansiedad, angustia, agresividad o crisis en personas con epilepsia o trastornos psiquiátricos.
Cuando aparecen vómitos, calambres, sudoración que cesa, fuertes mareos o pérdida de conocimiento, hay que buscar ayuda médica urgente o comunicarse con el 911 si está disponible.
Qué podés hacer para cuidarte
El Ministerio de Salud Pública recomienda:
Beber agua en sorbos frecuentes aunque no tengas mucha sed.
Comer liviano y fresco: frutas, verduras; evitar comidas pesadas, alcohol, bebidas dulces o calientes.
Vestir ropa holgada, colores claros, proteger cabeza y ojos (sombrero, sombrilla, lentes). Usar protector solar si vas a estar al aire libre.
Evitar actividades físicas en el pico del calor o en lugares sin ventilación.
En ambientes cerrados, mantener ventilación moderada sin corrientes intensas.
Los bebés deben amamantarse más seguido—la leche hidrata—y las mamás deben hidratarse constantemente.
No olvidarse de las mascotas: agua limpia y fresca, sombra disponible.
Si alguien se siente mal: recostalo en un lugar fresco, dale una bebida rehidratante (no caliente ni muy dulce) y ponle agua fría en las muñecas hasta que mejore.