MÁS DE TECNOLOGÍA



Generación Z

Austeridad tecnológica: jóvenes que vuelven al pasado para recuperar control

Celulares con tapita, cámaras digitales y discos compactos reaparecen entre adolescentes y veinteañeros como alternativa frente a la hiperconexión

Austeridad tecnológica: jóvenes que vuelven al pasado para recuperar control

En medio de una vida atravesada por pantallas, un sector de la Generación Z empezó a buscar refugio en lo limitado.

 

Allí donde todo se mide en likes y actualizaciones, algunos eligen un celular con tapita que apenas sirve para hablar y mandar mensajes. Otros vuelven a las cámaras digitales de principios de los 2000, con tarjetas de memoria y sin filtros automáticos. Y en disquerías, los pasillos ya no solo atraen a nostálgicos de otra época: también a jóvenes que compran CD como símbolo de una pertenencia distinta.

La tendencia no se explica solo como moda retro. Se la nombra como austeridad tecnológica, una manera de frenar el vértigo digital y recuperar la sensación de control sobre la propia vida. No se trata de rechazar lo nuevo, sino de poner límites a la dependencia. En lugar de almacenar toda la música en una nube, volver a tener un disco físico; en vez de una cámara que concentra redes y aplicaciones, un aparato de un solo propósito: sacar fotos.

El Wall Street Journal recogió esa corriente en un artículo que muestra cómo adolescentes y veinteañeros en Estados Unidos se organizan en clubes para tomar distancia del smartphone, mientras la industria cultural acompaña con lanzamientos físicos y hasta rescata formatos olvidados. La nota describe un fenómeno que crece en colegios, universidades y redes sociales, donde proliferan videos con dispositivos retro convertidos en objetos de deseo.

En Argentina, cuenta Magdalena a BAE Negocios, estamos lejos de dejar nuestros teléfonos, pero sí "compramos CDs y con mis amigos solemos escuchar vinilos".

Lo más interesante surgió en la conversación posterior. Los lectores del diario dejaron comentarios que ampliaron y discutieron el sentido de esta austeridad tecnológica. Uno escribió: “Me encanta lo simple, un botón para cada función. Lo nuevo es tan complicado que parece que la tecnología trabaja contra uno”. Otro apuntó al impacto en la fotografía: “Es increíble lo que uno puede hacer con una cámara básica, sin filtros ni distracciones. Lo que se gana es libertad”.

Esas voces reflejan algo más que nostalgia. Hablan de la incomodidad frente a sistemas demasiado complejos, de la desconfianza hacia actualizaciones que vuelven obsoletos los equipos y de la satisfacción de volver a poseer un objeto concreto, ya sea un disco, un teléfono o una foto impresa. En los comentarios aparecen también chispazos de ironía generacional: para algunos, estos jóvenes solo están redescubriendo lo que sus padres usaban sin pensar demasiado.

Entre el artículo y las reacciones, la austeridad tecnológica se perfila como un movimiento pequeño pero persistente. No busca eliminar las pantallas, sino recuperar un espacio de autonomía frente a ellas. Lo que asoma, en definitiva, es la necesidad de un equilibrio: elegir qué conservar, qué soltar y qué volver a aprender de la materialidad que parecía olvidada.


¿Te gustó la noticia? Compartíla!