Soledad Pastorutti, una de las voces más emblemáticas del folclore argentino, sorprendió recientemente al sincerarse sobre una lucha personal que ha atravesado a lo largo de su vida. A sus 44 años, la artista reveló que la fama temprana tuvo un impacto profundo en su desarrollo personal y emocional, algo que no siempre fue fácil de manejar.
Desde su infancia en Arequito, Santa Fe, Soledad se destacó por su talento y energía en el escenario. Sin embargo, el éxito repentino a los 14 años la llevó a enfrentar situaciones que la diferenciaban de sus amigos y compañeros. En una entrevista reciente, la cantante confesó que, en su adolescencia, intentaba ocultar ciertos aspectos de su vida para no sentirse distinta. “Era una de las pocas que tenía celular en mi grupo de amigos y lo escondía”, recordó, explicando que en una comunidad pequeña, la fama podía generar incomodidad.
A lo largo de los años, Pastorutti ha aprendido a lidiar con las dificultades que conlleva la exposición pública. Aunque su carrera ha estado marcada por el esfuerzo y la dedicación, también ha tenido que enfrentar momentos de incertidumbre y presión. “Hoy te puedo decir que no tengo culpa de nada porque realmente me esfuerzo y me esforcé mucho, pero solamente puede dar fe de ese esfuerzo la gente que está al lado tuyo”, expresó, destacando el apoyo fundamental de su familia.
El respaldo de su esposo, Jeremías Audoglio, y sus hijas, Antonia y Regina, ha sido clave en su proceso de crecimiento personal. La cantante ha encontrado en su hogar un refugio donde puede ser ella misma, lejos de las exigencias del mundo del espectáculo. “Quise demostrar que puedo ser la de siempre en el lugar de siempre, que puedo criar a mis hijas donde me siento segura, pero también ser artista”, afirmó, reafirmando su decisión de mantener su vida en Arequito.
La historia de Soledad Pastorutti es un testimonio de resiliencia y autenticidad. A pesar de los desafíos, ha logrado construir una carrera sólida sin perder su esencia. Su reciente revelación sobre las dificultades que enfrentó demuestra que, detrás de la imagen de una artista exitosa, hay una persona que ha aprendido a equilibrar su vida profesional y personal con esfuerzo y determinación.