El ministro de Economía, Luis Caputo, afirmó que los números que sigue el Gobierno muestran una desaceleración inflacionaria en abril y que por ende el número estará en torno al 3%.
Por un lado, se trata de una dinámica extraordinaria para un mes en el que el dólar subió un 9,1%, lo que permite una leve y deseable ganancia de competitividad cambiaria, tal como mostró el ITCRM del BCRA. Por otro, lejos de perforar el 2%, meta que se perseguía hasta inicios del 2025, sigue siendo un IPC muy alto: si se corrobora un 3% en abril, los primeros 17 meses de Caputo en gestión habrán promediado un IPC promedio mensual del 7%, el doble que el 3,5% logrado por Martín Guzmán en los 30 meses que duró su gestión, aunque 0,8 puntos por debajo del 7,8% de los 16 meses de Sergio Massa.
En una entrevista con el canal de Streaming La Casa, Caputo afirmó: “Por lo que vemos, el proceso de desinflación continúa. En abril deberíamos tener un mes en el que a pesar de la liberación del tipo de cambio, y que muchos especulaban que podía ser de 4% o 5% de inflación, a nosotros los números nos dan que va a ser más bajo que marzo. Pero, sobre todo, no nos enfocamos tanto en el cortísimo plazo porque, cuando vos hacés las cosas que nosotros estamos haciendo, la inflación va a colapsar. Es un tema de tiempo. Predecir el cuándo es más difícil, pero va a pasar inexorablemente. Y un poco está en nosotros explicar y que el empresario mismo entienda que estamos en otra Argentina”.
Y agregó: “En Argentina siempre pagó ajustar precios por las dudas, hoy eso no pasa nada más porque te quedás afuera del mercado, perdés market share. Antes te tomabas ese margen y, como la economía estaba desordenada, la nominalidad misma, el exceso de pesos, te convalidaba esa suba. Hoy, como no imprimimos pesos, si subís precios injustificadamente, la demanda de tus productos inexorablemente va a caer. Y nosotros además vamos a alimentar la competencia para que eso ocurra más rápido”.
La demanda para el consumo masivo efectivamente sigue lejos de mostrar un despegue, luego de la fuerte caída que registró en 2024. Si se toman las ventas de los supermercados informadas por el Indec, se observa que, tras una contracción que llegó a ser del 11,4% anual en febrero del año pasado, en el mismo mes del 2025 hubo un incremento de apenas el 1,4%. Sigue un 8% por debajo de noviembre del 2023, justo antes de la asunción del nuevo Gobierno. Como explicación clave, el salario registrado esta un 4,9% real por debajo de aquel noviembre, con los privados mejorando apenas un 0,6%, y los públicos sufriendo una baja del 14,8% real por el ajuste del gasto que le permitió al Gobierno no emitir pesos para financiar al fisco. Las jubilaciones mínimas más bono están, por ese mismo ajuste fiscal, un 5,4% por debajo de la previa a la asunción del Gobierno.
Finalmente, Caputo dijo: “No tengo el número, obviamente, pero las estimaciones están en torno al 3%. Ojalá dé un poco abajo del 3%. Pero no es lo que me quita el sueño, en el sentido de que confiamos 100% en lo que estamos haciendo. La inflación en Argentina va a colapsar. Va a converger a la inflación internacional, sin la más mínima duda”.
Además del ajuste de los ingresos, otra clave de la desinflación previa al 3,7% de marzo, momento en el que se rompió la expectativa de continuidad del crawling peg al 1%, fue el ancla cambiaria. En abril ocurrió algo virtuoso: el dólar subió 9,1% pero, a priori sin aceleración inflacionaria, se ganó algo de competitividad, el ITCRM del BCRA trepó un 11,3% y llegó a los 88,3 puntos, ahora ya por encima de los niveles críticos de 79,8% con los que asumió Milei y que eran idénticos a los del día previo a la salida del cepo, lo que obligó a devaluar el mencionado 9,1%. Sin disparada de la inflación, es un win win.