El INDEC informó que los precios de alimentos y bebidas no alcohólicas subieron apenas un 0,6 % en junio, menos de la mitad del índice general del mes (1,6 %). Este enfriamiento del rubro clave para los bolsillos golpea directamente en la línea de indigencia y pobreza, y trae alivio a hogares con ingresos ajustados. Además, acumulan un alza interanual del 32,3 %, casi 7 puntos por debajo de la inflación total (39,4 %), lo que muestra una mejora relativa en el poder adquisitivo de lo más esencial.
En un contexto donde el IPC sigue bajando—tras marcar 14 meses consecutivos de desaceleración—este frenazo en alimentos es una señal de que la presión sobre la canasta popular comienza a ceder, en un fenómeno que ya empieza a reflejarse en la caída de los índices de pobreza e indigencia.
Lo que se desprende del dato
- Impacto directo en pobreza e indigencia: Como la CBA (canasta básica alimentaria) incide más en los niveles de indigencia, una inflación por debajo del promedio ayuda a que menos familias queden por debajo del umbral mínimo para alimentarse.
- Tendencia a la baja: En mayo la inflación ya había sido histórica baja (1,5 %), y el consumo masivo sufrió un golpe en junio con 2,5 %, pero con alimentos subiendo mucho menos que bebidas y otros productos.
- Comparativa interanual alentadora: Los alimentos suben 32,3 % contra 39,4 % del IPC general; una brecha que marca un punto de alivio en el poder compra popular.
- Señales de meseta en consumo: Las ventas en supermercados siguen bajas por la erosión del salario real, pero ya no caen tan fuerte, lo que indica una meseta de consumo que podría estabilizarse si el rubro sigue desacelerando.
En Salta, donde la pobreza capital supera el 50 % y la indigencia ronda el 16–17 %, este tipo de noticia viene como agua en el desierto: la canasta básica alimentaria había trepado 5,9 % en marzo, demandando casi medio millón de pesos para no ser indigente. Con la inflación de ese mes más alta que el promedio nacional, el alivio de junio cobra mayor dimensión para estas pampas.
A nivel país, la pobreza pasó del 52,9 % en el primer semestre del 2024 al 38,1 % en el segundo, según la EPH del INDEC, mientras que la indigencia cayó del 18,1 % al 8,2 %—fenómenos asociados a la reciente contención inflacionaria. Pero especialistas advierten que una recuperación en el consumo general depende de que la desaceleración se sostenga porque, aunque el ingreso familiar ha crecido más que el costo de la canasta, aún pesan los aumentos en servicios públicos y tarifas reguladas.