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El video de Villarruel con Spagnuolo agita la crisis en el Gobierno

Una filmación de hace un año muestra a la vicepresidenta compartiendo una cena con el exdirector de la ANDIS, hoy acusado por corrupción.

El video de Villarruel con Spagnuolo agita la crisis en el Gobierno

Un video difundido en las últimas horas volvió a sacudir la ya frágil relación entre Victoria Villarruel y el Gobierno nacional. En las imágenes, grabadas en un restaurante de Pilar hace aproximadamente un año, se ve a la vicepresidenta compartiendo una cena con Diego Spagnuolo, exdirector de la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS) e imputado en una causa por presuntas coimas en compras públicas.

La escena, aparentemente captada desde una mesa cercana, muestra a ambos en una charla distendida. En otro momento, se ve a Spagnuolo tomarse la cabeza, gesto que algunos interpretan como signo de tensión o preocupación. Aunque la reunión no tiene en sí implicancias judiciales, su difusión en este momento agita las aguas dentro del oficialismo.

Desde sectores cercanos a Javier Milei, señalan a Villarruel como posible responsable de la filtración de los audios que comprometen al exfuncionario. En ellos, Spagnuolo describe supuestos pedidos de dinero vinculados a contratos con laboratorios, entre ellos Suizo Argentina, firma relacionada al entorno de los hermanos Menem. Por ahora, la causa judicial avanza sin detenidos, aunque con un fuerte impacto político.

El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, ya había vinculado a Villarruel con Spagnuolo, al afirmar que fue ella quien lo acercó a La Libertad Avanza durante la campaña. Ese dato cobra nueva relevancia en un contexto donde la vicepresidenta ha sido claramente desplazada del círculo íntimo presidencial. Desde hace meses, no participa de reuniones de Gabinete y su agenda se mueve en otra dirección.

Lejos de la Casa Rosada, Villarruel ha reforzado su presencia en las provincias. En Salta, como en otras capitales del norte argentino, ha mantenido encuentros institucionales que buscan mostrar un perfil propio. También fortaleció su rol en el Senado, donde articula con bloques federales y gobernadores en proyectos que tensionan aún más su relación con el Presidente, como la redistribución de fondos fiduciarios o cambios en la coparticipación.

La estrategia territorial de Villarruel genera distintas lecturas. Para algunos, es un intento legítimo de acercarse al interior del país y equilibrar el centralismo porteño del oficialismo. Para otros, se trata de una jugada política para posicionarse en un escenario post-Milei, especialmente si la gestión actual continúa debilitándose.

La difusión del video no hace más que evidenciar la creciente fractura en el oficialismo. Aunque desde el entorno de Villarruel desmienten cualquier vínculo con la causa judicial o con la filtración de los audios, las sospechas ya están instaladas. La interna libertaria, lejos de calmarse, escala en tensión y visibilidad.

En paralelo, la causa por presunta corrupción en la ANDIS sigue sumando capítulos. El fiscal Franco Picardi investiga si hubo sobornos pagados a funcionarios a cambio de contratos directos con droguerías. La lupa está puesta sobre Spagnuolo, pero también sobre posibles conexiones con altos funcionarios del entorno presidencial.

En ese contexto, el oficialismo enfrenta una doble crisis: una judicial, con posibles implicancias penales para exfuncionarios, y otra política, con una vicepresidenta que parece moverse por un carril propio. Lo que antes eran diferencias internas hoy se exhiben en público, filmadas, viralizadas y con impacto directo en la gobernabilidad.


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