La mañana de este jueves comenzó con susto para los vecinos de la zona de San Martín y Santa Fe, en pleno centro de la ciudad de Salta. Pasadas las 7.10, una espesa columna de humo sorprendió a quienes transitaban por la zona y a los residentes de edificios, comercios y consultorios cercanos. El temor fue inmediato: muchos pensaron que se trataba de un incendio estructural de grandes proporciones y llamaron de urgencia al 911.
La alarma se encendió por la magnitud del humo, que se levantaba con fuerza entre las calles San Martín, Urquiza y Santa Fe, generando preocupación entre quienes recordaban todavía el siniestro que destruyó gran parte del Mercado San Miguel, uno de los episodios más impactantes de los últimos años en la capital salteña.
En cuestión de minutos, dos dotaciones de bomberos de la zona centro llegaron al lugar y comenzaron a recorrer la cuadra. La expectativa era que pudieran controlar un posible incendio en algún inmueble, pero el panorama fue diferente. Tras la inspección, confirmaron que no había ningún foco ígneo estructural: se trataba simplemente de una quema de basura de grandes proporciones dentro de un galpón.
Según informaron desde la Policía de Salta, la situación quedó controlada y no hubo necesidad de desplegar mayores recursos. Sin embargo, la tensión que vivieron los vecinos no fue menor. La presencia de humo en un área tan poblada, rodeada de edificios de departamentos, comercios y hasta una clínica, alimentó el miedo de que pudiera repetirse una tragedia.
La actitud del vecino que decidió prender fuego una cantidad considerable de residuos dentro del galpón generó repudio entre los habitantes de la zona. “Fue una irresponsabilidad total”, comentaron algunos frentistas al observar que la humareda podía haber provocado problemas de salud, accidentes viales e incluso, de haberse extendido, un incendio real en una manzana densamente habitada.
La Policía recordó que este tipo de prácticas están prohibidas por ordenanzas municipales y representan un riesgo no solo ambiental, sino también para la seguridad pública. En muchos casos, la quema de residuos produce focos incontrolables que terminan afectando a viviendas cercanas, además de generar contaminación en el aire.
El episodio volvió a dejar en evidencia la necesidad de reforzar los controles en el centro salteño, donde la concentración de viviendas, locales y consultorios médicos exige una respuesta rápida ante cualquier emergencia. También expuso lo sensible que quedó la población tras el incendio del Mercado San Miguel, ocurrido hace poco más de un año y que todavía sigue presente en la memoria colectiva.
Afortunadamente, en esta ocasión todo quedó en un susto. Los bomberos intervinieron a tiempo, confirmaron que no había riesgo y desactivaron la alarma que durante una hora mantuvo en vilo a la zona. Aun así, la columna de humo fue tan intensa que muchos transeúntes y conductores se vieron obligados a desviarse o cubrirse el rostro para evitar la inhalación directa.
El hecho se suma a una serie de episodios similares registrados en distintos barrios de la ciudad, donde la quema de basura se vuelve un problema recurrente. Más allá del malestar inmediato que genera, especialistas advierten que este tipo de prácticas agravan la contaminación ambiental y pueden derivar en emergencias mucho más graves si no se controlan a tiempo.
En la mañana salteña, lo que parecía el inicio de un incendio devastador terminó siendo una irresponsabilidad vecinal. Sin embargo, el miedo y la tensión que se vivieron en la zona céntrica dejaron en claro que la prevención y la conciencia ciudadana son claves para evitar futuros sobresaltos.