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Violencia en Salta: "El 60 y 65% de los llamados que recibimos es de la zona sudeste"

El Sistema de Atención Médica de Emergencia (Samec) reporta que más del 50% de sus intervenciones en 2025 están vinculadas a lesiones por peleas y casos de violencia de género, con un fuerte impacto en la zona sudeste de la ciudad.

Violencia en Salta: "El 60 y 65% de los llamados que recibimos es de la zona sudeste"

Salta vive un escenario preocupante: los fines de semana, las ambulancias del Sistema de Atención Médica para Emergencias y Catástrofes (Samec) recorren las calles de la capital respondiendo a un aluvión de llamados por agresiones, peleas y casos de violencia de género. 

 

Desde enero hasta fines de julio de 2025, el organismo atendió más de 20.000 emergencias derivadas del 911, de las cuales unas 3.600 fueron por lesiones causadas en hechos de violencia, y más de 7.000 estuvieron relacionadas con violencia de género, tanto en la vía pública como en ámbitos privados. Estos números, que representan más de la mitad de las intervenciones del Samec, encienden una luz de alerta sobre el impacto de la violencia en la provincia y su relación con el consumo de alcohol, la crisis económica y la falta de conciencia social.

Daniel Romero, quien asumió en julio pasado como titular del Samec, trazó un diagnóstico alarmante. Aunque aún no cuenta con datos comparativos de años anteriores para confirmar un aumento objetivo de los casos, la percepción entre el personal del organismo es clara: la violencia en las calles de Salta va en ascenso. “La gente que trabaja hace años en el Samec me cuenta que los casos de agresiones se ven cada vez más. Pero para ser precisos, necesitaríamos analizar estadísticas históricas”, explicó Romero. Sin embargo, los números actuales ya son elocuentes: los fines de semana concentran la mayor cantidad de emergencias, y la zona sudeste de la ciudad, que incluye barrios como Solidaridad, Santa Cecilia y Villa Palacios, se lleva la peor parte, con entre el 60% y el 65% de los llamados por hechos violentos.

Un sistema bajo presión

El procedimiento del Samec ante un llamado por agresiones o disturbios es ágil pero depende de la gravedad del caso. Cuando una emergencia ingresa al 911, el Centro de Operaciones del Samec evalúa la situación y despacha un móvil desde la subbase más cercana al lugar del hecho. “Si el operador registra un código rojo, que implica lesiones graves, la asistencia es inmediata. Si es menos grave, igual atendemos, pero la prioridad se ajusta”, detalló Romero.

Este sistema, que funciona como un reloj bien aceitado, enfrenta un desafío cada vez mayor: el volumen de casos relacionados con la violencia está poniendo a prueba los recursos del organismo. “No es infinito. Si los incidentes siguen creciendo, el sistema puede empezar a no dar abasto, y eso nos afecta a todos”, advirtió.

El perfil de las emergencias revela un patrón inquietante. Los fines de semana, el consumo excesivo de alcohol y otras sustancias psicoactivas es el principal detonante de las agresiones. “No es algo exclusivo de Salta, pasa en todo el mundo. Pero en nuestra ciudad, las juntadas, los eventos deportivos o las salidas nocturnas muchas veces terminan en desmanes porque el alcohol desinhibe y exacerba los ánimos”, señaló el titular del Samec.

A esto se suma el impacto de la crisis económica y social, que según Romero contribuye a un clima de tensión. “La falta de trabajo, los problemas económicos, el estrés: todo eso parece calentar los ánimos. La gente está más susceptible, y eso se ve en las calles”, reflexionó.

La violencia de género, un flagelo que duplica los casos

Uno de los datos más alarmantes es el peso de la violencia de género en las estadísticas del Samec. Desde enero, se registraron más de 7.000 intervenciones por este tipo de casos, superando ampliamente a las agresiones generales. “Es un número que impacta. Hablamos de situaciones en la vía pública, pero también en los hogares, entre parejas, familiares o conocidos. Y muchas veces, el alcohol está presente”, explicó Romero. Esta cifra refleja no solo la gravedad del problema, sino también la necesidad urgente de políticas públicas que aborden este flagelo desde la prevención y la educación.

En barrios como los de la zona sudeste, donde la pobreza y la marginalidad golpean con más fuerza, los casos de violencia de género se repiten con una frecuencia alarmante. “No es que no haya violencia en otros lados, pero en esa zona se concentra la mayoría de los llamados. Es una realidad que no podemos ignorar”, afirmó el funcionario. La combinación de factores sociales, económicos y culturales parece alimentar un círculo vicioso que el sistema de salud, por sí solo, no puede romper.

El respeto al personal médico, un punto a favor

A pesar del panorama desalentador, hay un aspecto positivo: el personal del Samec no reportó agresiones físicas en lo que va de 2025. “Hemos tenido amenazas verbales, insultos, pero nada que pase a mayores. La gente, en general, valora el trabajo del personal de salud. Saben que estamos para ayudar a toda la comunidad”, destacó Romero. Este respeto, sin embargo, no alcanza para mitigar la presión que enfrentan los equipos médicos, que deben lidiar con escenas de violencia, lesionados graves y situaciones emocionalmente desgastantes.

Un caso reciente que conmocionó a la ciudad, el asesinato de un adolescente en el barrio La Paz, puso nuevamente al Samec en el centro de la escena. Aunque Romero evitó dar detalles por estar en curso una investigación judicial, confirmó que el organismo intervino tras recibir el llamado al 911. Este tipo de hechos, que involucran a jóvenes y suelen estar ligados a conflictos entre grupos, refuerzan la percepción de que la violencia en Salta está lejos de ser un problema aislado.

 


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