A pocas horas de que Salta viva la procesión central del Señor y la Virgen del Milagro, el gobernador Gustavo Sáenz se expresó ante la prensa luego de participar de la misa estacional en la Catedral Basílica. El mandatario resaltó la magnitud de la convocatoria y, en un gesto que combinó fe y reclamo político, pidió que el Gobierno nacional atienda las necesidades de la provincia.
“Hay gente de todo el país, hay extranjeros también. Esta es una gran manifestación de fe y, sobre todo, lo de los peregrinos es algo que emociona muchísimo todos los años”, señaló Sáenz, visiblemente conmovido por la masiva concurrencia que colmó las calles céntricas de la capital salteña.
El gobernador también se refirió al afecto recibido de los fieles en un contexto social atravesado por la crítica hacia la dirigencia política. “Porque yo no soy de la política, yo soy uno más de ellos, parte de ellos”, expresó, buscando diferenciarse de la mirada tradicional sobre la clase política y acercarse al sentir popular.
Consultado sobre la presencia en Salta del ministro del Interior y la posibilidad de nuevas gestiones con Nación, Sáenz prefirió dejar la discusión para otro momento. “Sería imprudente hablar de política en un día como hoy. Creo que vamos a hablar de esto mañana. Hoy lo que hay que pedirle al Señor y a la Virgen del Milagro es que del pueblo de Salta y de la Argentina no aparten su amor, y que los de Buenos Aires cumplan con los salteños”, sostuvo, dejando un mensaje claro en medio de la festividad religiosa más importante de la provincia.
Durante la jornada, Sáenz mantuvo un contacto cercano con los peregrinos que llegaban desde distintos puntos del país. Saludó a quienes arribaban a pie tras largas travesías y tuvo un gesto especial con dos tucumanos, Rosario y Claudio Sánchez, a quienes recibió en las escalinatas de la Catedral, reconociendo públicamente su esfuerzo y fe.
La festividad del Milagro vuelve a mostrar su fuerza como espacio de encuentro, fe y también como escenario donde los líderes provinciales buscan marcar posición frente al poder central. En este contexto, el pedido de Sáenz para que Buenos Aires cumpla con los salteños resuena como un recordatorio de las demandas históricas de una provincia que cada septiembre renueva su pacto de fe y su reclamo de justicia federal.