El invierno salteño llegó a su fin y con él también culminó una de las iniciativas sociales más importantes de los últimos meses: el Hogar de Noche, un dispositivo de asistencia que funcionó durante 125 días en la ciudad de Salta y que permitió acompañar a cientos de personas que no tenían un techo donde dormir.
Ubicado en calle 20 de Febrero al 200, el espacio abrió sus puertas el 5 de mayo y permaneció en actividad hasta este viernes 5 de septiembre. Durante ese tiempo se brindaron más de 6.900 plazas, con una ocupación diaria que reflejó la urgencia de la problemática de la calle en la capital provincial. Según los registros, el 90% de los asistentes fueron hombres y el 10% mujeres, en un rango etario que fue desde los 18 hasta los más de 60 años.
Cada jornada, a partir de las 20 y hasta las 8 de la mañana, los ingresantes recibían un kit de limpieza, ropa limpia, abrigo, cena y desayuno. Además, se garantizaba un lugar seguro donde pasar la noche, en condiciones de higiene y cuidado, muy lejos de la vulnerabilidad que implica permanecer en la calle durante las noches de invierno.
El dispositivo estuvo pensado no solo como refugio temporal, sino también como un espacio de contención y acompañamiento. A través de un trabajo articulado entre la Municipalidad de Salta y el Gobierno provincial, se lograron intervenciones que fueron más allá de lo asistencial. Varios hombres pudieron elaborar su Curriculum Vitae con el apoyo de la Oficina de Empleo Municipal y acceder a programas de capacitación en la Fábrica Municipal y la Escuela de Emprendedores. El objetivo: abrir puertas hacia la reinserción laboral y la posibilidad de generar ingresos propios.
El Hogar de Noche también contó con la colaboración de organizaciones sociales, empresas y vecinos. La escuela de barberos “Franco Lazarte” y el grupo “Fusión Total Estudio” ofrecieron cortes de cabello gratuitos, una experiencia que además de mejorar la imagen de los asistentes, tuvo un fuerte impacto en la autoestima. La solidaridad se multiplicó con la entrega de ropa, calzado y donaciones espontáneas de particulares.
Los agentes municipales de la Secretaría de Desarrollo Social recorrieron en paralelo distintos puntos de la ciudad en los denominados Operativos de Invierno. Allí, las personas que decidieron no ingresar al Hogar recibieron frazadas, ropa de abrigo e infusiones calientes para sobrellevar las bajas temperaturas. Estas acciones también fueron clave para disminuir los riesgos asociados a la exposición nocturna en las calles de Salta.
El trabajo en red fue otro de los pilares. Desde la Dirección General de Asistencia Crítica, junto a la Policía de la Provincia y la empresa de seguridad Track, se garantizó la protección de quienes ingresaban. A su vez, el Ministerio de Salud aseguró la presencia de personal médico para la atención de eventuales emergencias. Este esquema coordinado permitió que el Hogar funcione de manera continua durante los cuatro meses de mayor frío en la región.
Los datos relevados muestran un perfil mayoritario de varones adultos entre 30 y 60 años, aunque también se registraron ingresos de adultos mayores y mujeres jóvenes de entre 18 y 25 años. Cada uno de esos números esconde historias atravesadas por la vulnerabilidad, pero también por la oportunidad de encontrar en este espacio un respiro frente a la dura realidad de la calle.
El cierre del Hogar de Noche no implica un final, sino una pausa necesaria para reacondicionar el lugar y prepararlo de cara a la próxima temporada invernal. Autoridades municipales confirmaron que la experiencia volverá a repetirse en 2026, fortalecida por la articulación institucional y la respuesta positiva que dejó esta edición.
La problemática de la gente en situación de calle es un desafío que trasciende estaciones y gobiernos. Sin embargo, durante los meses más fríos, la urgencia se hace más visible y la necesidad de respuestas inmediatas se vuelve impostergable. En ese marco, el Hogar de Noche se consolidó como un recurso fundamental en Salta, no solo por brindar techo y comida, sino también por ofrecer dignidad, acompañamiento y un puente hacia nuevas oportunidades.
Mientras tanto, queda como saldo la certeza de que la solidaridad se multiplica cuando hay espacios que articulan esfuerzos públicos y privados. Las más de 6.900 noches cubiertas entre mayo y septiembre son la prueba de que las políticas sociales, cuando se sostienen en el tiempo y se adaptan a las necesidades concretas de la gente, pueden marcar una diferencia real en la vida de quienes más lo necesitan.