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Deuda

Acusan a Kicillof de financiar la 'Marcha por la Salud Pública' mientras le debe más de 4 mil millones al Garrahan

El Gobierno de la provincia de Buenos Aires, le debe $4.135 millones al hospital de niños a través de la obra social bonaerense IOMA.

Acusan a Kicillof de financiar la 'Marcha por la Salud Pública' mientras le debe más de 4 mil millones al Garrahan

El Hospital Garrahan, uno de los centros pediátricos más prestigiosos de Argentina, atraviesa una crisis financiera por una deuda millonaria del gobierno bonaerense.

 

Mientras el gobernador Axel Kicillof impulsa una “Marcha Federal por la Salud Pública”, el Instituto de Obra Médico Asistencial (IOMA), bajo su gestión, mantiene un rojo de $4.135 millones con el nosocomio. Esta situación pone en jaque la operatividad de un hospital clave para la atención de miles de niños en el país.

Un hospital en el centro de la polémica

El Garrahan, referente en atención pediátrica en América Latina, enfrenta serias dificultades para garantizar sus servicios debido a la falta de pago de IOMA, la obra social de la provincia de Buenos Aires. Según confirmó Nahuel Sotelo, secretario de Culto y Civilización, esta deuda compromete desde la compra de insumos hasta la calidad de atención. “Es una situación crítica que afecta a los pacientes más vulnerables”, aseguró Sotelo, quien señaló que el gobierno provincial no ha presentado un plan claro para saldar el monto adeudado.

La marcha que genera controversia

En medio de este escenario, Kicillof decidió financiar una movilización bautizada como “Marcha Federal por la Salud Pública”. La iniciativa, organizada por el frente kirchnerista Fuerza Patria, partirá desde el Congreso hacia Plaza de Mayo. El objetivo declarado es rechazar las políticas del gobierno de Javier Milei, al que acusan de desfinanciar el sistema sanitario. Sin embargo, la paradoja es evidente: mientras el gobierno bonaerense apunta al Ejecutivo nacional, no cumple con sus obligaciones financieras con el Garrahan, una institución que dice defender.

La marcha, que busca posicionarse como una defensa de la salud pública, ha generado críticas por su tinte político. “Es insólito que se usen recursos para un acto partidario mientras un hospital como el Garrahan está al borde del colapso por falta de fondos”, señaló un trabajador del centro médico, que prefirió mantener el anonimato. La movilización, lejos de ser una solución, parece priorizar la confrontación política por encima de la gestión sanitaria.

Una protesta que pone en riesgo a los pacientes

Como si fuera poco, otro conflicto agrava la situación. Gremios locales convocaron a una manifestación en las puertas del Garrahan, que incluye un posible bloqueo de los accesos al hospital. Esta acción, según fuentes médicas, podría complicar la atención de emergencias y el ingreso de pacientes en estado crítico. “Es una locura que se ponga en riesgo la vida de los chicos por una protesta que no resuelve nada”, expresó una madre cuyo hijo se atiende en el nosocomio.

La comunidad médica y las familias de los pacientes coinciden en que estas acciones, lejos de ayudar, profundizan la crisis. La falta de insumos, el retraso en cirugías programadas y las dificultades para mantener el equipamiento son problemas cotidianos que el hospital enfrenta, mientras la deuda con IOMA sigue creciendo.

La política por encima de la salud

El gobierno de Kicillof parece más enfocado en la agitación política contra el gobierno nacional que en resolver los problemas estructurales del sistema sanitario bonaerense. La financiación de la marcha, sumada a la falta de acción para saldar la deuda con el Garrahan, refleja una gestión que prioriza el relato político por sobre las necesidades de los ciudadanos.

El Garrahan no solo atiende a pacientes de la provincia de Buenos Aires, sino también a niños derivados de todo el país y de países vecinos. Su rol como referente regional lo convierte en un pilar del sistema de salud pública, pero la deuda millonaria amenaza con erosionar su capacidad operativa. “Sin fondos, no podemos garantizar la calidad de atención que los chicos merecen”, advirtió un médico del hospital.

Un reclamo que no puede esperar

La situación del Garrahan no es un caso aislado. La crisis financiera de los hospitales públicos bonaerenses se ha agravado en los últimos años, con deudas acumuladas que afectan a múltiples instituciones. Sin embargo, el caso del Garrahan, por su relevancia, pone en evidencia las contradicciones del discurso oficial. Mientras se organizan marchas en nombre de la salud pública, los recursos para garantizar el funcionamiento de los hospitales no llegan.

Las familias de los pacientes, los profesionales de la salud y la sociedad en su conjunto exigen respuestas urgentes. La deuda con el Garrahan no es solo un número: es la diferencia entre la vida y la muerte para muchos chicos que dependen de este hospital. La pregunta que resuena es clara: ¿hasta cuándo se priorizará la política por encima de la salud de los más vulnerables?


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