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Narcotráfico

Ley Antimafia en Rosario: El gobierno le da un duro golpe al narcotráfico

Esta medida permite avanzar contra estructuras enteras del crimen organizado, incluyendo a todos sus integrantes.

Ley Antimafia en Rosario: El gobierno le da un duro golpe al narcotráfico

En un giro histórico para la lucha contra el crimen organizado, el Ministerio de Seguridad Nacional activó la Ley Antimafia en Rosario, la ciudad santafesina que se convirtió en el epicentro de la violencia narco en Argentina.

 

Esta medida, impulsada por el Gobierno de Javier Milei y coordinada con la Procuraduría de Narcocriminalidad (PROCUNAR), fue avalada por la Justicia Federal y marca un antes y un después en la estrategia contra las mafias narco.

La Ley Antimafia permite la creación de una zona de investigación especial en los barrios más conflictivos de Rosario, habilitando herramientas legales extraordinarias para desarticular bandas narcocriminales con alta organización y control territorial. Estas herramientas no solo persiguen a quienes cometen delitos puntuales, sino que también apuntan a quienes integran, financian o encubren estas redes mafiosas, atacando el corazón de su estructura.

Un abordaje integral contra el narcotráfico

El núcleo de esta iniciativa es la conformación de un Equipo Conjunto de Investigación, que reúne a fiscales federales y provinciales para trabajar de manera coordinada. Este equipo agiliza el intercambio de información en tiempo real y fortalece las acciones judiciales, permitiendo una respuesta más efectiva frente a las organizaciones criminales. “La Ley Antimafia refuerza las capacidades operativas, logísticas y procesales para desmantelar estructuras mafiosas complejas”, explicaron desde el Ministerio de Seguridad.

Además, la zona especial autorizada por la Justicia habilita mayores despliegues de fuerzas federales, operativos integrales y una dinámica judicial más rápida. Esto incluye allanamientos masivos, seguimientos exhaustivos y la posibilidad de procesar a todos los eslabones de la cadena delictiva, desde los líderes hasta los colaboradores logísticos. El objetivo es claro: quebrar el poder estructural de las bandas narco que han dominado Rosario y sus alrededores durante años.

Una mujer hablando en un micrófono frente a un fondo con el logo del Ministerio de Seguridad de Argentina.
Patricia Bullrich, ministra de Seguridad

Patricia Bullrich: “Cae uno, caen todos”

La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, celebró la implementación de la Ley Antimafia en sus redes sociales. “Se habilitó la Ley Antimafia contra las organizaciones criminales en Rosario. Una herramienta clave para ir a fondo contra los narcos. Cae uno, caen todos. Se castiga el delito y la pertenencia a la estructura mafiosa”, expresó. Y agregó: “Las mafias no son invencibles. Con decisión política y leyes firmes, se puede”.

La declaración de Bullrich refleja la determinación del Gobierno de Milei de enfrentar un problema que, durante décadas, se agravó por políticas permisivas y falta de coordinación estatal. La Ley Antimafia no solo apunta a los líderes visibles del narcotráfico, sino también a desmantelar las redes de complicidad que les permitieron operar: desde el financiamiento hasta la protección judicial y la corrupción política.

Rosario, en el centro de la tormenta narco

Rosario lleva años atrapada en una espiral de violencia vinculada al narcotráfico. Barrios como La Tablada, Ludueña y Empalme Graneros se convirtieron en zonas de alta conflictividad, donde las bandas narco imponen su ley a través de la extorsión, el sicariato y el control territorial. La Ley Antimafia busca revertir esta situación atacando la raíz del problema: la estructura organizativa que sostiene a estas mafias.

El Gobierno de Milei apunta a desarticular no solo a los “soldaditos” que ejecutan los delitos, sino también a los cerebros detrás de las operaciones: financistas, lavadores de dinero y aquellos que, desde las sombras, garantizan la impunidad de estas redes. Este enfoque integral marca un cambio de paradigma respecto a las políticas de seguridad previas, que solían enfocarse en capturas individuales sin atacar la estructura global.

Un mensaje claro: el narco no tiene lugar en Argentina

La activación de la Ley Antimafia en Rosario envía un mensaje contundente: el Gobierno nacional está dispuesto a ir hasta las últimas consecuencias para recuperar el control de los territorios dominados por el narco. La estrategia combina el fortalecimiento de la inteligencia criminal, la coordinación entre poderes del Estado y el uso de herramientas legales innovadoras para desmantelar redes que, durante años, se beneficiaron de la desidia estatal.

La ministra Bullrich enfatizó que esta medida no es un parche temporal, sino un plan estructural para devolverle la seguridad a los rosarinos. “No vamos a permitir que las mafias sigan manejando los barrios. Rosario merece vivir en paz”, señaló. Con la Ley Antimafia, el Gobierno busca no solo castigar a los responsables, sino también prevenir la consolidación de nuevas organizaciones criminales.

Qué sigue para Rosario

La implementación de la Ley Antimafia es solo el primer paso de un plan más amplio para combatir el narcotráfico en Argentina. El Gobierno de Milei ya anunció que reforzará la presencia de fuerzas federales en Rosario y que trabajará en conjunto con la Justicia para garantizar que los procesos iniciados lleguen a buen puerto. Además, se espera que esta estrategia se replique en otras zonas críticas del país donde el crimen organizado ha ganado terreno.

Rosario, una ciudad que alguna vez fue sinónimo de cultura y progreso, busca recuperar su identidad. Con la Ley Antimafia, el Gobierno apuesta a desterrar el miedo de los barrios y devolverle a los rosarinos la tranquilidad que merecen. La lucha contra el narco recién comienza, pero con esta medida, Argentina da un paso firme hacia un futuro sin mafias.

 


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