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AVANZA LA INVESTIGACIÓN

Nuevas pericias al presunto asesino serial de Jujuy podrían definir el rumbo de la causa

Matías Jurado, acusado por al menos cuatro homicidios en serie, fue sometido a una evaluación psiquiátrica en Salta.

Nuevas pericias al presunto asesino serial de Jujuy podrían definir el rumbo de la causa

La causa judicial que conmociona a toda la región del NOA dio un nuevo paso este viernes, cuando la Justicia ordenó una batería de pericias psiquiátricas a Matías Jurado, el principal sospechoso de una serie de crímenes que habrían ocurrido en su vivienda de Alto Comedero, en la vecina provincia de Jujuy. Los investigadores buscan determinar si el acusado responde al patrón psicológico de un asesino serial, algo que sería determinante para el rumbo de la causa penal que lo tiene como protagonista.

El traslado del detenido se concretó durante la mañana con un fuerte operativo de seguridad. Jurado fue llevado desde el Servicio Penitenciario jujeño hasta el Ministerio Público de la Acusación, donde una profesional del Cuerpo de Investigaciones Fiscales de Salta lo entrevistó durante varias horas. La evaluación forma parte de un estudio integral que incluye antecedentes clínicos, psiquiátricos y de conducta, a fin de elaborar un perfil criminológico que permita comprender el móvil y la mecánica de los homicidios.

El caso cobró una dimensión aún mayor esta semana tras confirmarse el hallazgo de restos humanos en el domicilio del acusado, una precaria vivienda en la zona de Alto Comedero que los medios y vecinos no tardaron en bautizar como “la casa del horror”. Allí, según reconstruyeron los peritos forenses, se habrían cometido al menos cuatro asesinatos. Las víctimas estaban reportadas como desaparecidas desde hacía varios meses.

Las pericias, que se suman a otras ya incorporadas en el expediente, apuntan a determinar si Jurado actuó con plena consciencia de sus actos o si presenta alguna patología psiquiátrica que pueda alterar su imputabilidad. Este punto es clave para la estrategia de la fiscalía, que busca sostener la hipótesis del asesinato serial con premeditación y sevicia.

Mientras tanto, el acusado continúa detenido en régimen de aislamiento y bajo monitoreo constante en el Establecimiento Penitenciario de Jujuy, considerado de alta seguridad. Según trascendió, no ha prestado declaración formal sobre los hechos y mantiene una actitud hermética ante las autoridades judiciales.

Un horror que fue saliendo a la luz

El caso salió a la luz a partir de una denuncia anónima que alertó a la policía sobre movimientos sospechosos en la vivienda de Jurado. Al allanar el lugar, los investigadores se toparon con una escena macabra: restos humanos, herramientas posiblemente utilizadas en los crímenes y pertenencias personales de las víctimas, muchas de las cuales habían sido vistas por última vez en las inmediaciones del domicilio.

Las tareas de identificación avanzaron gracias al trabajo conjunto del Cuerpo Médico Forense, el CIF y el área de Antropología Forense, que lograron establecer la identidad de los cuerpos hallados. Todas las víctimas compartían un patrón: varones adultos, de entre 25 y 68 años, en situación de vulnerabilidad social y con algún tipo de discapacidad física o mental.

Los investigadores no descartan que existan más víctimas y que los crímenes se hayan perpetrado durante un largo período de tiempo sin que nadie lo advirtiera. Esa posibilidad vuelve aún más relevante la elaboración del perfil psicológico del acusado, que podría revelar si actuó siguiendo un patrón metódico y repetitivo, característico de los asesinos en serie.

Quiénes fueron las víctimas

Hasta el momento, la Justicia confirmó la identidad de cuatro personas cuyos restos fueron encontrados en la casa de Jurado. Se trata de hombres que habían sido reportados como desaparecidos en distintos barrios de San Salvador de Jujuy:

  • Jorge Omar Anachuri, de 68 años, fue visto por última vez el 25 de julio. Tenía movilidad reducida y se desplazaba con dificultad. Desapareció en el barrio Mariano Moreno.
  • Sergio Alejandro Sosa, de 25 años, desapareció en Barrio Coronel Arias. Tenía una discapacidad visual (esotropía) y su contextura delgada lo hacía fácilmente reconocible.
  • Miguel Ángel Quispe, de 60 años, había sido reportado como desaparecido en junio. Tenía una cicatriz visible en la nuca y en el cuero cabelludo, lo que facilitó su identificación.
  • Juan José Ponce, de 51 años, desapareció en abril. Vestía ropa llamativa que fue hallada entre los objetos secuestrados en la vivienda del acusado.

La cercanía temporal entre las desapariciones y la similitud en los perfiles de las víctimas refuerzan la teoría de que se trata de un caso de homicidios en serie. También abrió un debate profundo sobre la forma en que el sistema responde ante las denuncias por desaparición de personas adultas, especialmente cuando pertenecen a sectores vulnerables.

El impacto en la región

La noticia causó un fuerte impacto en Jujuy, pero también en Salta, donde los vínculos judiciales y periciales entre ambas provincias son estrechos. La intervención de profesionales salteños en la evaluación psiquiátrica de Jurado muestra el trabajo articulado entre fiscalías y cuerpos forenses del NOA, en una investigación que requiere precisión técnica y coordinación interprovincial.

La sociedad sigue con atención cada avance del caso, que toca fibras sensibles: abandono institucional, violencia extrema y una aparente impunidad que permitió que los crímenes se cometieran sin alertas durante meses. Desde distintas organizaciones de derechos humanos y colectivos sociales se exigió que se investigue si hubo responsabilidades por omisión o falta de respuesta ante las primeras denuncias.

Por su parte, la defensa del acusado ya anticipó que podrían solicitar una pericia psiquiátrica independiente si los resultados presentados por el Ministerio Público son adversos a los intereses del imputado. Sin embargo, en el ambiente judicial hay consenso en que las pruebas forenses y los indicios recolectados en el lugar de los hechos constituyen una base sólida para avanzar en la acusación formal por homicidios agravados.

Lo que viene

En los próximos días, se espera que la fiscalía presente un nuevo requerimiento de imputación con cargos más graves, una vez que el informe psiquiátrico esté finalizado e incorporado al expediente. También podrían sumarse nuevos testimonios y pruebas que permitan establecer una cronología más detallada de los crímenes.

 


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