La confianza del consumidor volvió a registrar una caída en septiembre y la tendencia empieza a sentirse con fuerza, donde las familias ajustan cada vez más sus gastos frente a un panorama económico incierto.
Aunque el retroceso fue leve en relación a la fuerte baja de agosto, el índice sigue en números negativos y refleja un deterioro en las expectativas económicas. El último informe del Centro de Investigación en Finanzas muestra una caída del 0,33% a nivel nacional, que golpea sobre todo a los sectores de ingresos medios y altos, donde se observa una fuerte retracción del consumo.
El impacto se ve en las ventas, la menor demanda de servicios y la cautela generalizada en decisiones como la compra de bienes durables o la toma de créditos. Comerciantes y consumidores coinciden en un diagnóstico: el contexto económico no da señales claras de mejora.
Menos consumo, más incertidumbre
Uno de los datos más llamativos es la diferencia de comportamiento entre sectores sociales. Mientras que los hogares de menores ingresos mostraron una mejora del 6,65% en el índice, los de mayores ingresos registraron una caída del 5,20%. Esto responde, en parte, a la pérdida de poder adquisitivo de los sectores medios, que tradicionalmente sostenían el consumo y hoy priorizan el ahorro o la postergación de gastos.
En Salta, donde la economía depende en gran medida del mercado interno, el freno al consumo ya se traduce en una baja de actividad en comercios, rubros de servicios, turismo y hasta en las compras más cotidianas.
Inflación, dólar y crédito: el combo que enfría las decisiones
La inflación persistente, la suba del dólar y las dificultades para acceder a créditos son los factores que más afectan el ánimo de los consumidores. En las últimas semanas, la volatilidad del tipo de cambio y la falta de políticas claras generaron más incertidumbre, haciendo que muchas familias salteñas posterguen compras o cancelen planes a mediano plazo.
El acceso a la vivienda también se volvió más difícil. Con tasas elevadas y pocas opciones de financiamiento accesible, muchos salteños descartan por ahora la posibilidad de invertir en propiedades o mejoras en el hogar.
Un termómetro del clima económico
La confianza del consumidor funciona como un termómetro del momento económico que atraviesan los hogares. Y en septiembre, ese termómetro volvió a marcar fiebre. A nivel nacional la tendencia es clara, pero en provincias como Salta —con menor margen de maniobra frente a la inflación y menor acceso a herramientas de protección financiera— el impacto es más directo.
Las expectativas para los próximos meses no son alentadoras. Todo indica que la cautela seguirá dominando el escenario, con consumidores más conservadores y comercios que deberán buscar estrategias para sostenerse.
El consumo, motor clave de la economía local, hoy se encuentra en pausa. Y mientras la confianza no repunte, será difícil pensar en una recuperación sólida.