La transformación acelerada del mundo laboral obliga a repensar desde las estrategias de liderazgo hasta las capacidades que deberán adquirir los trabajadores. Así quedó reflejado durante la AmCham Summit 2025, donde referentes del sector privado coincidieron en que las revoluciones tecnológicas reducen drásticamente los tiempos de adaptación. En ese contexto, la inteligencia artificial (IA) marca un antes y un después para todos los sectores, con especial impacto sobre los más jóvenes y sobre aquellos que aún conservan estructuras laborales tradicionales.
Andrés Hatum, profesor de management y organización en la Universidad Torcuato Di Tella, lideró la ponencia "Habilidades para el futuro del trabajo" y advirtió que la velocidad del cambio dejará atrás a quienes no logren adaptarse. "Históricamente, las revoluciones laborales no dieron un gran margen de adaptación. Después trabajar en el campo, la gente pasó a la fábrica con la Revolución Industrial. Tiempo después, con la electricidad, aparecieron las computadoras. Hoy el salto se da con la inteligencia artificial", analizó.
Según indicó Hatum, la IA no solo transformará procesos sino que también afectará las funciones cognitivas de los trabajadores, especialmente entre los más jóvenes, quienes deberán enfrentar desafíos inéditos.
Asimismo, datos recientes del Foro Económico Mundial confirman este diagnóstico: el 44% de las habilidades actuales de los empleados se verá alterado durante los próximos cinco años y seis de cada diez trabajadores necesitarán capacitarse antes de 2027 para poder adaptarse a las nuevas exigencias.
Aceleración
"El trabajo del futuro será fragmentado, aislado y excluido", citó Hatum a la académica británica Linda Graton para graficar que los vínculos laborales tradicionales darán paso a relaciones profesionales más esporádicas y especializadas. "Vamos hacia un modelo de 'monotributistas permanentes', donde la especialización será clave y la estabilidad será una excepción", apuntó.
El profesor señaló que la pandemia aceleró este proceso de cambio e instaló definitivamente la necesidad de adaptarse a los entornos impredecibles. Desde entonces, las empresas buscan otro tipo de competencias en sus candidatos.
Actualmente se priorizan las siguientes habilidades:
- Creatividad
- Gestión de la incertidumbre
- Resiliencia
- Colaboración
- Agilidad
- Capacidad de aprendizaje
- Gestión de la complejidad
"En esas habilidades es donde hay que invertir tiempo y dinero", recomendó Hatum.
Con esa base, las organizaciones buscarán construir equipos con profesionales preparados para moverse entre la simplicidad y la complejidad. "Es una generación que no tiene mucha paciencia, no van más allá de dos clics", ironizó Hatum. La clave, entonces, estará en ofrecer herramientas accesibles y potentes que permitan obtener resultados sin generar fricciones.
En cuanto al liderazgo, los perfiles ideales serán aquellos que puedan combinar visión a corto y largo plazo, sin quedar paralizados. "En la pandemia, la gente que pudo ver a largo plazo es la que llevó a las empresas por un mejor rumbo", sostuvo. También alentó a naturalizar el surgimiento de nuevas profesiones: "¿Qué era un community manager en los 2000? Nada. Y miren hoy a los chicos de las redes. Va a pasar lo mismo con otras ocupaciones", aseguró.
Liderazgo tecnológico
Otra de las charlas que generó interés fue "Liderazgo tecnológico como motor del crecimiento", enfocada en cómo las empresas deben reconfigurar sus estructuras internas para afrontar la irrupción de la tercera ola de inteligencia artificial. Allí, diversos empresarios del sector coincidieron en que el desafío no es solo incorporar herramientas sino liderar el cambio con inteligencia emocional, velocidad y estrategias compartidas entre lo público y lo privado.
"El liderazgo en habilidades blandas es tan necesario como las habilidades técnicas", afirmó José Luis Alonso, CEO de Mirgor, quien destacó que el proceso de transformación requiere priorizar la alfabetización digital y desarrollar la empatía, la adaptabilidad y una mentalidad abierta.
En la misma línea, Fernando López Iervasi, presidente de Microsoft Sudamérica Hispana, sostuvo que "cada persona va a tener un compañero de IA". Según explicó, la industria tecnológica ya invirtió "antes de la curva", pero ahora el paso pendiente es cultural: lograr que los usuarios adopten la tecnología y descubran su valor. "El que adopta la tecnología no vuelve atrás", advirtió. Para López Iervasi, Argentina tiene una gran capacidad de adaptación, aunque necesita políticas públicas que acompañen el proceso con inversiones concretas.

La inteligencia artificial será una compañera infaltable en todas las empresas
Sin límites
Desde Google, su director general en el país, Víctor Valle, remarcó que el pensamiento crítico y creativo será la base para aprovechar la inteligencia artificial. "El gran desafío es que la próxima generación entienda cómo y por qué se elige un contenido sobre otro", planteó. También animó a experimentar con estas herramientas sin miedo: "No hay límite para lo que se puede hacer con la inteligencia artificial".
Cristina Lorenzo, managing director de Oracle Argentina, introdujo otra dimensión clave: la velocidad. "Hay que actuar con rapidez, tomar la decisión y hacerlo. La articulación público-privada es clave y está al alcance", sostuvo. En su análisis, las compañías que lideren el proceso de transformación no solo consolidarán su crecimiento sino que además atraerán nuevas inversiones.
El debate también puso en agenda un problema estructural: la escasez de talento. En ese sentido, los ejecutivos coincidieron en que es urgente redefinir los estándares de formación y garantizar el acceso a herramientas tecnológicas ya que, según consideran, "la IA no es una amenaza sino una oportunidad".
Al cerrar el panel, Valle dejó una frase que sintetiza el espíritu optimista del sector: "Somos optimistas con lo que viene". En un contexto de cambio constante, esa actitud puede marcar la diferencia entre adaptarse o quedar rezagado.
Transformación
Vale la pena citar el más reciente informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) elaborado en conjunto con el Instituto Nacional de Investigación de Polonia (NASK), llamado "Generative AI and jobs: a refined global index of occupational exposure" (ver aparte).
Los autores del informe destacaron que es más probable que, en lugar de eliminarlos, la IA generativa transforme los trabajos. Y, en este sentido, remarcaron que "las políticas que guíen las transiciones digitales serán un factor determinante para saber hasta qué punto los trabajadores podrán mantenerse en puestos que se están transformando debido a la IA y cómo esta transformación afectará la calidad del empleo".